Despertarse con el canto del gallo, adormecerse con el cucut o el pigot, o sencillamente pasearse entre bosques de pino, robles y alces es la actividad más agradable que permite una estancia en can Rajoler.
Si le gusta la mountain bike puede pedalear por caminos señalizados y hasta puede llegar al castillo de Farners o a la Ermita de Argimon con una vista que abarca desde el Tibidabo hasta Girona.
Otras alternativas son la visita al balneario de Santa Coloma, al mercado semanal o a las aguas termales de Magma.
Una experiencia enriquecedora para vivir en familia.