La comarca ofrece un amplio abanico de posibilidades de diversión y de goce cultural en un entorno natural incomparable. Una cocina de montaña con carácter propio e ingredientes como el maíz (blat de moro escairat), la carne, los embutidos y las setas os esperan en las mesas de nuestros restaurantes.
La Patum de Berga El Corpus tiene nombre propio en el Berguedà: La Patum, nuestra fiesta más conocida, que a menudo, se identifica con la ciudad y la comarca. Un festival de música, baile, colores y fuego que desde el siglo XIV se ha convertido en leyenda.
Esquí y deportes en espacios naturales. Los esquiadores pueden practicar el esquí alpino y el de fondo a la estación del Rasos de Pequera, a 14 Km. de Berga y a 120 Km. de Barcelona. En el Parque de la Nieve del Pedraforca dispone de zonas ideales para realizar excursiones con raquetas de nieve y esquí de montaña por la sierra del Verd y la del Cadí. A través del túnel del Cadí se puede llegar rápidamente a las pistas de la Cerdaña.
El Berguedà ofrece también parajes incomparables para practicar el senderismo, el barranquismo, la escalada, el BTT, la espeología, el parapente y la náutica.
Las setas, la caza y la pesca son tres de las actividades naturales que podéis practicar en el Berguedà. La nuestra es una comarca micológica por excelencia y la Fiesta de las Setas, con los concursos de recogida, micológicos y gastronómicos es su máximo exponente.
Los cazadores disponen de varios cotos, con posibilidad de practicar la caza mayor controlada de ciervos y corzos en la Reserva Nacional de Caza del Cadí.
La pesca de la trucha del país en el Bastareny, la de repoblación en el Llobregat y la captura de carpas, lucios y percas americanas en el pantano de La Baells ofrecen una amplia gama de posibilidades a los partidarios de la caña
El legado histórico del Berguedá se muestra orgulloso al visitante. Las iglesias pre-románicas de Pedret y Sant Esteve de Tubau nos transportan a la época del Compte Guifré el Pelós y del caballero y trovador Guillem de Berguedà. Un paseo por los núcleos antiguos de Bagà y Castellar de Nug nos hará revivir el espíritu medieval de la Cataluña Vella.
El Castillo de Sant Ferran es todavía testigo de las enconadas luchas que transtornaron nuestra comarca desde en el año 1793 hasta el 1875. Una época en que guerras y fábricas convivían en un equilibrio difícil. El 1790 el carpintero de Berga, Ramon Farguell, revoluciona los procesos de hilado con la creación de la Maixerina o Berguedana, una máquina que revolucionó la industria y convirtió el Berguedà en un de los principales centros algodoneros del país.
Con la llegada de la primera Guerra Carlista se incendiaron todas las fábricas, que eran vistas cono un símbolo de progreso peligroso. La visita del Museo de la ciudad de Berga (cerca del Ayuntamiento) os acercará a este mundo de revueltas y telares.
La industria textil pervivirá en el Berguedà hasta la reciente crisis del sector y llenará el valle del río Llobregat de colonias textiles, que todavía hoy son el testigo de un modelo de producción y convivencia estructurado alrededor de la fábrica. El Museo de la Colonia Vidal muestra como se trabajaba y se vivía en una colonia industrial de principios de siglo.
La minería del carbón, extendida por el Alto Berguedà convirtió estos valles en un foco importante de la minería catalana. Algunas de las antiguas explotaciones se pueden visitar y se puede hacer un recorrido por una galería en un tren minero.
Esta actividad y la fabricación de cemento han dejado un importante patrimonio industrial entre el que destaca la modernista Fábrica del Clot del Moro y los Jardines Artigues diseñados por Antoni Gaudí en la Pobla de Lillet. Un antiguo tren que unirá la Pobla de Lillet con el Clot del Moro permitirá visitar recorrer los Jardines Artigues, el Museo del Cemento y el Museo del Transporte.