Dirección: C/. Abadia, 14 El Boixar Bojar
GPS:
( googlemap )Latitud: 40° 40' 48.5900'' N
Longitud: 0° 7' 12.2700'' E
Altitud: 1089 m.
En el norte de la provincia de Castellón, punto donde confluyen Catalunya, Aragón y la Comunidad Valenciana, se sitúa la comarca de la Tinença de Benifassà.
Esta zona montañosa, una de las puertas de entrada al “Parc Natural dels Ports”, representa un tesoro natural por la gran cantidad de especies botánicas y faunísticas que alberga: Reserva nacional de Cabra Hispánica, buitres, águilas. Límite meridional del bosque de hayas, tilos, pino negral y albar....También por el estado de conservación y pureza en que se encuentra y por los sorprendentes y maravillosos paisajes que ofrece.
Forman la comarca siete pueblos antiguamente pertenecientes al Monasterio de Sta. Mª de Benifassà: Bel , Castell de Cabres, Coratxar, El Boixar, Fredes, El Ballestar y La Pobla de Benifassà.
A dos horas de distancia de Castellón se ofrece la posibilidad de disfrutar de la naturaleza con todo su esplendor, en su estado más puro, así como poder visitar pueblos de gran interés artístico y cultural como es el caso de Morella o Penyarroja de Tastavins.
Para quien se desplaza de más lejos y dispone de algunos días más, después de visitar la Tinença, podrá con poco más de una hora de desplazamiento descubrir otro espacio natural y un entorno totalmente diferente y contrastado: El Delta del Ebro.
El pueblo del Boixar
El Boixar, situado en el centro de la Tinença de Benifassà, a 1.089 m., es un pueblo con una acertada orientación, situación y buenas comunicaciones, permite el acceso desde Morella por el puerto de Torremiró, o desde La Sénia, por el Pantano de Ulldecona, remontando el valle que ofrece una panorámica sorprendente.
La historia del Boixar empieza el año 1.233 en que el rey Jaume I, hizo donación de sus tierras y pertenencias a la fundación del Convento de Benifassà. El 15 de Marzo del año 1.236 le fue concedida la carta puebla. Su nombre tiene el origen en el gran bosque de boj que ya entonces había en los alrededores de la población. A finales del s. XIX y principios del s. XX fue su época de mayor esplendor, llegó a tener cerca de 700 habitantes.
Actualmente es un pueblo muy tranquilo, de segunda residencia, con toda una serie de valores que lo hacen encantador y que día a día se esfuerza para avanzar en una constante y harmoniosa recuperación. Destaca su Iglesia de portal románico, su majestuoso campanario del s. XVII, las construcciones de arquitectura popular, tanto dentro del pueblo como en las masías de los alrededores, las construcciones de piedra seca, los caminos y cañadas empedradas....
Por lo que se refiere al entorno, las diferentes estaciones del año configuran un paisaje sorprendente y cambiante.
En otoño estallan los colores en sus bosques caducifolios.
Al llegar la primavera las fuentes chorrean y la vegetación emerge en un verde intenso.
Algunos días de invierno se recrean nuestros sentidos al poder disfrutar de la nieve como en un paisaje alpino.
El verano nos ofrece la posibilidad del descanso merecido. Durante el día, el agua como protagonista para los amantes de las actividades acuáticas, bien al Pantano de Ulldecona o en pozas naturales. Por la noche bajan las temperaturas y el fresco agradable y la tranquilidad aseguran un sueño reparador.